El sargento del Departamento de Policía de Nueva York (NYPD, por sus siglas en inglés), Leonel Ramos, no recuerda cuando a los seis meses de nacido, cruzó la frontera desde Tijuana hasta San Diego con sus padres.
"Algo espectacular que mis padres hicieron y pues estoy orgulloso de estar aquí y sobretodo ser un sargento que no se escucha mucho de eso", apunta Ramos.
Nacido en Oaxaca, México, en 1982 iba en los brazos de la esposa de un coronel retirado del ejército de Estados Unidos. Sus padres le pagaron $700 dólares para cruzar. Años después, fue admitido a la fuerza aérea estadounidense, en donde sirvió a su país adoptivo por nueve años. Hoy y desde hace más de una década, es sargento del NYPD.
"Me crié en Brooklyn, Nueva York y cada vez que yo salía miraba oficiales que no se parecían igual a mi de origen mexicano-hispano y quería romper esa barrera y ser el primer oficial hispano mexicano que habla español y hacer algo diferente", comenta este sargento latino.
Él es parte del nuevo rostro del Departamento de Policía, cada vez más diverso.
El 21% de los 2800 policías contratados en el ultimo año y medio son inmigrantes. Entre los hispanos, el grupo más grande son dominicanos.
Este incremento contrasta la retórica y políticas antimigrante de la Casa Blanca. El presidente Donald Trump ha sugerido que la inmigración es una manera en que criminales ingresen al país.
El Comisionado de la NYPD, James O'Neill, se siente ofendido por ese tono que muchas veces ataca a sus propios agentes: "Me molesta esa retórica. La gente debería salir y conocer, conocer a los oficiales. Somos un grupo diverso".
Los agentes inmigrantes provienen de 77 países, como Colombia, Ecuador y República Dominicana. Muchos entraron al país usando los programas de visas que Trump quiere eliminar.
Ramos tiene un mensaje para los futuros inmigrantes: "A mis paisanos quiero decirles que sí se puede, en este país todo es posible. Que sigan adelante y no se 'agüiten', todo es posible".