Esta esquina de la avenida Roosevelt y el bulevar Junction, en Corona, es la entrada al Pequeño Ecuador en Queens.
El escritor y periodista, Javier Castaño, apunta al respecto: "Aquí básicamente se celebra la herencia y la cultura y la gastronomía ecuatoriana todos los días, porque aquí está abierto todos los días".
Castaño es coautor del libro Latinos en Nueva York, explica que este vecindario en Corona ha tenido una transición de italianos y afroamericanos a dominicanos y ecuatorianos en las últimas décadas.
Especialmente cerca a Corona Plaza, una zona que hoy alberga a muchos ecuatorianos, en esta área el grupo latino con mayor crecimiento, según el Centro de Estudios Latinoamericanos de CUNY.
"Los ecuatorianos comenzaron a llegar a la ciudad de Nueva York en los años 40: 1945... 47. Precisamente a raíz de la crisis del 'sombrero panameño' que no se hace en Panamá. Se hace en Ecuador", añade Cataño.
La crisis se debió a la caída de la exportación de esos sombreros de paja toquilla.
A finales de los años noventa, hubo otra crisis económica y política, que aceleró la migración.
Hoy hay registro de 128,000 ecuatorianos en Nueva York, especificamente en Corona y Jackson Heights.
Y la mayoría de estos inmigrantes ecuatorianos que se mudaron a Estados Unidos lo hicieron con la esperanza de mejorar su situación económica.
Las calles del vecindario se han convertido en vitrinas del sabor y la cultura donde restaurantes y camiones de comida ofrecen platos típicos ecuatorianos como el hornado.
Y en tiendas diversas tiendas, el olor a pan dulce se mezcla con el de las tajadas de plátano.
Para el comerciante Gonzálo Guzmán: "La cultura se mantiene así mismá, como si estuvieras en Ecuador. Sabes que aquí para gente ecuatoriana y vienen aquí a comer los platos típicos de Ecuador".
Delgado Travel, la agencia de viajes y envios, montó su primera oficina en Jackson Heights.
Ahora tiene varias sucursales en todo Nueva York.
Y antes del internet, su emisora radial fue un puente entre los ecuatorianos en Queens y su país natal.
Así lo recueda Héctor Delgado, el propietario de Delgado Travel: "En esos tiempos, la comunicación con los familiares no es como ahora que usted llama y están ahí en el momento y los puedes hasta ver. Pero en esos tiempos, no se podían llamar mucho y nosotros lo hacíamos a través de la radio escuchar los saludos. Teníamos saludos todos los fines de semana. Era bonito, era muy bonito".
La comunidad se ha mantenido unida, vibrante y, sobre todo, acogedora.
Prueba de ello son los servicios de entrenamiento laboral en construcción que se ofrecen a los nuevos inmigrantes que llegan a esta zona.
"Es una comunidad dinámica, trabajadora, honrada. Muy dedicada al trabajo y a su familia. Yo diría que el 80% de nuestros alumnos en las clases de OSHA, que es seguridad en la construcción son ecuatorianos", así lo confirma Rolando Vini, director de la organizaciónPadres en Acción.