Cuando los tacos de carne o puerco mandan en el reino gastronómico de la calle Roosevelt, los platos de mariscos se vuelven revolucionarios. Y para encontrarlos, hay que explorar en lugares inesperados como en el fondo de una bodega en Queens.
"Algo bueno que está escondido y que mucha gente debería saber de este lugar de aquí", dijo un comensal.
"En el 80-22 de Jackson Heights, los mejores cocteles de Nueva York", aseguró el propietario Pedro Rodríguez.
La Esquina del Camarón se ha vuelto esencial para la comida callejera neoyorquina porque ha democratizado el exclusivo y a veces inalcanzable sabor de las costas mexicanas trayéndolo al agitado corazón culinario de Queens.
"La base del negocio son los cócteles. El más popular es de pulpo y camarón. La base es de salsa de tomate que es el secreto de la casa. Cilandro, cebolla y un poco de aguacate...y picantito para que sepa bueno.
La historia de esta cocina comenzó hace más de 50 años en las calles de la ciudad de México.
Cuando Pedro tenía 12 años, una cocinera Veracruzana le ensenó a preparar los cocteles de camarón y otros secretos costeros.
Y en el 2010, después de trabajar por 25 años en construcción, las recetas de su infancia le enrumbaron un nuevo camino por las avenidas de Nueva York.
"Como ya me estoy poniendo viejo un día dije 'ya no voy a durar mucho en la construcción' y dije 'tengo que buscar algo más adecuando a mi edad y me acordé de mis cócteles'. Entonces un día dije 'voy a ver si esto le gusta a la gente' y empecé a vender ahí en la calle".
Pedro comenzó a vender los cocteles con un pequeño 'cooler' en la esquina de la calle 80, pero después de un año, su fama creció.
El dueño del actual deli en donde tiene su negocio le ofreció la parte trasera de su local… y ambos construyeron una pequeña cocina.
Desde entonces, además de los cocteles, las tostadas de ceviche, los tacos de pulpo y las flautas de tiburón han ido ganando fieles que semanalmente peregrinan su paladan para probar el lado-b de la cocina mexicana.
"A todo el mundo le gusta, no solamente a mis paisanos sino a todas las razas. Chinos, coreanos, mexicanos, colombianos de todas partes vienen", agregó Pedro.
"Para comprar, dinero y eso era un poquito difícil ganarse un par de pesos en México verdad. Pero encontramos este lugar que nos recomendaron y no estamos arrepentidos de haber llegado", dijo un cliente.
Aunque la crisis del Covid-19 golpeó fuerte a este negocio, Pedro trata de mantener los precios entre 4 y 20 dólares.
"Usted sabe, las necesidades que todos pasamos y el hecho de tener un plato que sea gustoso y barato le permite a cualquier tipo de persona poder disfrutarlo", dijo Pedro.
Honestamente les digo que no vayan a gastar su plata en cualquier restaurante caro. Si vienen acá, pueden acceder a comida de alto nivel a módico precio.