A sus 85 años de vida, Bernie Brandall no ha pasado un día en el que no se sienta orgulloso de ser gay. Esto, pese al rechazo de sus dos hermanos mayores y otros familiares de Cuba, la isla caribeña en donde nació el 23 de septiembre de 1936.
"En Cuba, si nada más veían que eras gay, te llevaban preso en los años 50. Según fui creciendo, mis primos me dejaron de hablar, porque yo quería ser bailarín. Mis padres fueron muy buenos conmigo, pero no estaban de acuerdo con que yo fuera artista", detalla Brandall.
De Cuba, la familia se trasladó a Estados Unidos en donde a los 17, Bernie comenzó a bailar de manera profesional: "Estuve dos años en Miami estudiando [a escondidas] con un maestro ballet y con otro maestro flamenco".
Una pareja le enseñó el arte de la magia y también nació su interés por el transformismo. La combinación de ambas actividades lo destacarían como un artista único: a dama de magia o el mago travesti.
A sus 60 años de trayectoria, Brandall rememora: "Pues yo la magia cuando la hacía, tanto de hombre o mujer, pues me movía tú sabes, hacía así. Daba vueltas tú sabes, los magos no se mueven, los magos están: 'voy a este truco, este otro truco', pero no se mueven como yo. Yo bailaba haciendo magia. Mucha magia, mucho flamenco, muy teatral".
Le gustaba imitar a la reina cubana del bolero, Olga Guillot, o a la cantante peruana, Yma Sumac. A Nueva York llegó en el 2000 y asegura que nunca, a lo largo de 60 años de vida artística, le faltó trabajo: "Yo estoy muy orgulloso de ser latino y de ser gay. Gracias a Dios y al cambio que ha dado de que somos más aceptados y que hay más amor y más unión en el universo".
Hoy, Bernie sigue visitando al centro comunitario Encore para compartir la hora del almuerzo. Disfruta mucho los musicales de Nueva York y ya tiene listos sus shorts y sombrilla con los colores del arcoíris para sentarse en la Quinta Avenida el domingo 26 de junio a disfrutar, con el amor de siempre, desfile del orgullo gay.