El director de la Organización Mundial de la Salud (OMS) afirmó que la expansión del brote de viruela del mono en más de 70 países es una situación "extraordinaria" que ahora se considera una emergencia mundial, una declaración que podría estimular una mayor inversión en el tratamiento de la enfermedad, antes rara, y empeorar la lucha por las escasas vacunas.

"Tenemos un brote que se ha extendido rápidamente por todo el mundo a través de nuevos modos de transmisión sobre los que entendemos muy poco y que cumple los criterios del reglamento sanitario internacional", dijo Tedros.

"Sé que éste no ha sido un proceso fácil ni sencillo y que hay opiniones divergentes entre los miembros" del comité, añadió.

Una emergencia mundial es el máximo nivel de alerta de la OMS, pero la designación no significa necesariamente que una enfermedad sea especialmente transmisible o letal. El jefe de emergencias de la OMS, el Dr. Michael Ryan, dijo que el director general tomó la decisión de incluir la viruela del mono en esa categoría para que la comunidad mundial se tome en serio los brotes actuales.

El Director General de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, tomó la decisión de emitir la declaración a pesar de la falta de consenso entre los expertos que forman parte del comité de emergencia de la agencia sanitaria de la ONU. Es la primera vez que el jefe de la agencia sanitaria de la ONU toma una medida de este tipo.

"Aunque por el momento estoy declarando una emergencia de salud pública de interés internacional, este es un brote que se concentra entre los hombres que tienen sexo con hombres, especialmente aquellos con múltiples parejas sexuales", dijo Tedros. "Eso significa que se trata de un brote que puede detenerse con las estrategias adecuadas en los grupos adecuados".

La declaración de emergencia mundial significa que el brote de viruela del mono es un "acontecimiento extraordinario" que podría extenderse a más países y requiere una respuesta mundial coordinada. La OMS ha declarado anteriormente emergencias para crisis de salud pública como la pandemia de COVID-19, el brote de ébola en África Occidental en 2014, el virus del Zika en América Latina en 2016 y el esfuerzo en curso para erradicar la poliomielitis.

La declaración de emergencia sirve sobre todo para atraer más recursos y atención mundial hacia un brote. Los anuncios anteriores tuvieron un impacto desigual, dado que la agencia sanitaria de la ONU es en gran medida impotente para conseguir que los países actúen.