El Caribe es una constante en las creaciones y uno de los puntos de referencia más característicos de la imaginación del artista visual y escultor dominicano Bony Ramírez.
“CARIBABY, es prácticamente una combinación del Caribe en 'baby', como un niño del Caribe, so practicante, este show es un homenaje a eso, a esa niñez del caribe, a esa niñez de Latinoamérica", explicó Ramírez.
Esta es su primera exposición institucional, con la cual invita a todos a conectar con ese niño interior, recurriendo al realismo mágico que invoca la nostalgia de una niñez plagada de recuerdos.
“La forma de expresar la vida cotidiana y también surrealista, de poder reinterpretar muchas cosas con las que yo crecí en diferentes formas que van más allá del mundo real", agregó Ramírez.
Pese a que su obra está inspirada en la estética caribeña, tiene muchos significados según él, puesto que la añoranza de la tierra que vio a uno nacer es un tema que toca a todos los latinos aquí.
“Cada vez que entren a un museo, una galería, sientan de que sus historias también valen la pena contar", dijo Ramírez. "De que sus historias valen, que sus historias van a ser preservadas en la historia del arte mundial en general".
Nacido en Tenares, República Dominicana, hace ya 27 años, Ramírez emigro a los 13 años a Estados Unidos y tras culminar la secundaria y no poder costear una carrera en las artes empezó a trabajar en la construcción. Sin nunca dejar de pensar y desarrollar su pasión, aprendiendo por su cuenta las técnicas que hoy en día caracterizan su estilo.
“Y una de las cosas que nunca había sido bueno era la proporción de hacer humanos que parezcan humanos, 'so' mucha de las manos son diferentes, los pies son bien diferentes, tres dedos y eso que de esa manera hacen que el trabajo sea único, que las figuras sean únicas", explicó Ramírez.
Y aunque nunca dudo de su talento y de su hambre por dar a conocer su arte al mundo entero, sabía que tenía un futuro por delante inimaginable.
"Definitivamente, un sueño ver este mundo que está en mi cabeza, una realidad y poderlo compartir con toda la comunidad".
Parte de que su carrera haya despegado lo atribuye a las redes sociales durante la pandemia, donde su trabajo se dio a conocer en diferentes institutos.
Hoy en día sus obras han sido adquiridas por la colección permanente del Instituto de Arte Contemporáneo de Miami, así como por el Museo de Bellas Artes de Boston, el Pérez Art Museum de Miami y el Museo X de Beijing.
Si quieres sumergirte a este mundo caribeño, aún tienes hasta mayo 7 en el Sugar Hill Children’s Museum of Art & Storytelling.