"Yo soy 100% maya, orgullosamente latino, trayendo el sabor shuco de la comida latina a la Gran Manzana".
En la esquina de la tercera avenida y la calle 49. Desde hace6 semanas, Sócrates Tax Quic, comenzó a vendar comida auténtica chapina o guatemalteca en Manhattan.
"El concepto y la idea de la comida chapina es muy diferente, lo cocinamos muy simple, muy orgánico. Y a la gente americana es lo que les gusta, las cosas simples, con sabor... Nosotros no cocinamos nada hasta que el cliente llegue a la puerta del carrito", detalla Tax Quic, quien es el propietario de Shucos Somos + 10.
A diferencia de los clásicos hot dogs de Midtown, aquí se ofrece el tradicional shuco.
"Lo que define el shuco es el repollo, cocinado como en casa, tomate y cebolla, un poco de sazón y el aguacate. Y luego tenemos las tres carnes que son steak, chorizo y salchicha", explica Tax Quic.
Estos sabores le hacen pensar en su tierra a los clientes. Uno de ellos es Israel Gutiérrez, quien lleva 25 años sin volver a Guatemala.
"Los shucos y los rellenitos, aquí nadie los vende. Y cuando vine y los probé le hace recordar a uno, como si uno quisiera volver", confesó Gutiérrez.
Sócrates, era futbolista cuando llegó a Nueva York hace 12 años a probarse con las fuerzas básicas del DC United, de la MLS. Pero al no ser seleccionado, decidió quedarse.
Hace cuatro meses en una reunión con paisanos fanáticos del futbol en El Bronx le surgió el deseo de vender shucos.
Sócrates explicó cómo fue que su proyecto nació de esta reunión: "Y decidimos hacer shucos como para darnos una botanita y de ahí se empezó a hacer grande, se comunicaron los amigos y se fue haciendo un negocio en la casa. Y, poco a poco, fueron ordenando".
Fue entonces cuando Sócrates sea asoció con Mohammed Osman, un vendedor ambulante con permiso quien quedó fascinado con la comida.
Hoy llegan guatemaltecos pidiendo en dialecto quechí: los rellenitos, platano amazado frito relleno de frijoles. Aqunque también trabajadores de la zona llegan a probar.
Actualmente, el negocio atiende cerca de 60 personas al día.
“Que se lleven un poco de sabor chapín, que los chapines tenemos muy buena sazón en las manos", no dijo Sócrates al referirse a su propósito.
Este emprendedor centroamericano tiene planes de ampliar su negocio. Y muy pronto estará vendiendo comida callejera chapina en el consulado de Guatemala.