Eran alrededor de las 8 de la noche cuando una llamada al 911 alertó a las autoridades sobre disparos en el parque Fort Washington, en el Alto Manhattan.

Cuando la uniformada llegó encontraron a un hispano de 23 años sosteniendo una pistola. Los agentes le ordenaron, en inglés y español, que soltara el arma pero el sujeto no lo hizo y, en cambio, apuntó hacia los agentes. Fue entonces cuando los uniformados dispararon.

Y es a este mismo parque al que un padre de familia y su pequeña no se atreven a visitar por las tardes.

"Nosotros hemos ido varias veces pero en el día, en horas seguras pero no tarde. En la noche no es seguro bajar por ahí. Hay personas que bajan, pero como allá abajo está muy desolado, no está en nuestra ruta. Allá abajo hacen lo suyo, tú me entiendes, no tenemos seguridad", explica este padre con preocupación.

Otros vecinos aseguran que el hecho de una persona tuviera un arma de fuego en el parque es preocupante porque es aquí donde muchos salen a hacer ejercicio, recrearse o pasear sus mascotas: "Hay que andar por cuidado. Nunca había pasado eso por aquí. Ahí en el parque, precisamente, en la noche lo cierran porque se mete la gente ahí".

Alguien más añadió: "Es un parque bien que, en el verano, uno se puede sentar. Uno puede estar ahí un rato, es muy bien este parque. Solo hasta ahora. No todo el mundo debería tener una pistola".

Otros piensan que el parque está muy desolado, principalmente, al caer la noche.

En este caso el sujeto fue herido en el torso y se espera que se recupere de sus heridas.

Los agentes, por su parte, también fueron trasladados a un hospital del área solo para ser examinados por precaución tras el incidente; pero no resultaron heridos.